En las juntas directivas de las Empresas Propiedad del Estado las mujeres fueron relegadas
De las 226 EPE de las que se conocen los altos cargos, solo 27 están presididas por mujeres, de acuerdo con los datos publicados en Vendata.
La información registrada en la base de datos demuestra que hay mujeres que presiden una empresa estatal y al mismo tiempo ocupan otros altos cargos en la administración pública.
Transparencia Venezuela, 7 de febrero de 2019. En reiteradas ocasiones los mandatarios Hugo Chávez y Nicolás Maduro se autodefinieron feministas e insistieron en la necesidad de visibilizar a las mujeres e incluirlas en áreas y funciones que estuvieron destinadas principalmente a los hombres, sin embargo, al momento de escoger a las máximas autoridades del conglomerado de Empresas Propiedad del Estado los gobernantes no pensaron lo mismo.
De acuerdo con la investigación Empresas Propiedad del Estado Fase II, realizada por Transparencia Venezuela y presentada en noviembre de 2018, de las 226 compañías de las que se conocen sus juntas directivas, solo 81 cuentan con mujeres en altos cargos.
Los datos de cada una de las empresas pueden ser consultados en Vendata, la mayor plataforma de datos abiertos en el país, promovida en alianza por el Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS Venezuela) y Transparencia Venezuela.
La información publicada en Vendata además refiere que del grupo de empresas que informan sobre la composición de su junta directiva, 26 tienen a una mujer como la máxima autoridad. Es decir, que solo 12% de las compañías son presididas por mujeres.
Irregularidades sin género
Los datos también demuestran que hay mujeres que presiden empresas estatales y al mismo tiempo ejercen otros cargos dentro de la administración pública, una práctica irregular que se ha vuelto común en los últimos 20 años en Venezuela y que resta oportunidades a otras personas.
Destaca el caso de Yomana Koteich Khatib, quien es ministra de Comercio Exterior y además preside el Banco de Comercio Exterior y el Centro Nacional de Comercio Exterior, según se publicó en la Gaceta Oficial N° 41.422. de fecha 19 de junio de 2018, que también puede ser consultada en Vendata.
Los datos indican que las empresas lideradas por mujeres pertenecen a los sectores agroalimentario, manufactura, minería, metalurgia, financiero, salud, comunicaciones, hidrocarburos y transporte.
La mayoría de las empresas dirigidas por mujeres fueron creadas o confiscadas durante los gobiernos de Chávez y Maduro, y se encuentran operativas, al menos por lo que se pudo comprobar cuando se realizó la investigación de Empresas Propiedad del Estado fase II.
El alto nivel de opacidad y secretismo gubernamental ha impedido conocer las juntas directivas del resto de las Empresas Propiedad del Estado. Las compañías no rinden cuentas y los ministerios a los cuales están adscritas no publican su Memoria y Cuenta desde el año 2015.
Mucho por hacer
La información registrada en Vendata en torno a la presencia de mujeres en juntas directivas de las EPE es un dato más que pone en evidencia que, contrario al discurso del chavismo, la participación femenina en altos cargos de empresas del estado es muy baja. Otra muestra de que la reivindicación de las mujeres, sus derechos y oportunidades terminó en mucha retórica y pocos resultados.
El enfoque de género en políticas públicas sirvió para entorpecer procesos electorales, pero no para disminuir, por ejemplo, los altos índices de embarazo adolescente que Venezuela encabeza en toda la región. Se les dio una mayor participación a las mujeres en escenarios políticos pero las instituciones carecen de políticas públicas con enfoque de género: no existen indicadores de salud reproductiva y materna, tampoco se profundizó en otros temas clave como trabajo productivo y reproductivo, división sexual del trabajo, necesidades prácticas e intereses estratégicos por género y transversalización del enfoque de género.
En el contexto actual, lo que vemos es una feminización de la pobreza, dado el deterioro de las condiciones de vida en términos de pobreza por ingresos que afecta a la mayoría de las mujeres en muchas áreas esenciales para su desarrollo: social, laboral, familiar.
Crear en el 2009 un Ministerio para la Mujer no fue suficiente.